Fusión de Mentes.

21 de Enero de 2020


Apareciste en agosto,
y me rompiste los esquemas.
 Nuestros cuerpos encajaron como dos piezas,
pero tuve miedo y te eché a las dos semanas. 

Intenté enterrarte,
pero inevitablemente volvías a mi mente. 
Tus recuerdos incendiaban mi ser.
Y te convertiste en un dolor punzante. 

Decaí y acabé con otros,
preguntándome a mi misma
qué coño hacía, 
si yo quería estar contigo.

Volviste en diciembre
cuando las mariposas de mi estómago
ya tenían dueño.
Pero tú llegaste,
y con un lanzallamas,
lo incendiaste todo. 
Plantaste tu bandera
y con una base de funk me gritaste: 
AQUÍ VENGO YO PARA QUEDARME. 

Y en este momento sólo somos tú y yo. 
Te haces dueño de mi fuego
y yo del tuyo, y juntos
creamos uno nuevo. 

Nuestras pieles arden, 
pero no se queman.
Es como si fueras Hellboy,
y yo fuera Liz.

  Nuestros cuerpos se mueven
al ritmo de Kase O
Entonces mi mente se desvanece,
ya no está aquí dentro. 

Tampoco está ausente, 
se está fusionando con la tuya. 
Estoy tan jodidamente excitada
que creo que voy a explotar de placer. 

Me susurras al oído y mi cuerpo tiembla, 
quiero contestarte, pero ya no puedo. 
Porque ahí, en la fusión de nuestras mentes, 
reside también la capacidad del habla.

Como si se tratase de un volcán en erupción,
nuestros cuerpos  explotan. 
Y es ahí, 
cuando se que estoy viviendo el momento. 

Contigo. 
Gimiendo los dos. 
Con la luz encendida,
sin temor a ver nuestras heridas. 
Mirándonos a los ojos.
Sonriendo. Drogados de placer. 


Laila Mor Romero.  




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